miércoles, 17 de octubre de 2012

LA CLASE

 
 
(Tras la lectura de un artículo de costumbres de Mariano José de Larra, donde criticaba la falta de educación y, para ello, hacía uso de la ironía y de una acumulación hiperbólica de groserías que actuaban como cristal de aumento de una realidad que no debe pasar inadvertida y poder ser corregida, el profesor de Lengua ha invitado al alumnado a escribir un artículo de costumbres al estilo de Larra. He aquí algún ejemplo)
 
 
 
 
¡Qué razón tenía el que dijo que un poco de sinceridad es algo peligroso, y que demasiada sinceridad es algo fatal!
 
Puestos a esto, me dispongo a crear una batalla como la que describo. Ni con armas ni hambruna. Con objetos volando por toda una sala y palabras convertidas en gritos insoportables, a los cuales ya nos hemos acostumbrado vagamente, como todo lo que hacemos.
 
Mientras el profesor amenazaba con no explicar y fingimos que nos importa, ya han sobrevolado su cabeza tres bolígrafos y una goma de borrar, la cual ha aterrizado fatalmente en el medio de la clase y todos hacen comparaciones con un salto desde la estratosfera. El profesor expulsa a uno de los guerreros de la clase y éste se vuelve medio humilde, mientras defiende que él no tuvo la culpa.
 
Otro de los alumnos, el cual se muestra desgreñado y sudoroso, exige limpieza. Una alumna en manga corta protesta por el frío, mientras el resto abre y cierra las ventanas al gusto de cada uno. El alumno de la primera fila pretende triunfar en el mundo de la música e improvisa unas notas pesadas golpeando sus manos contra la mesa. Señor licenciado, se escucha con un acento casi perfecto de burla. Quejas por escribir y quererlo en fotocopia. Fotocopia, y quejas porque apetece escribir. Suena la campana y todos salen disparados al pasillo; da igual a quien atropellen por el camino.
 
Ha terminado una vez más la clase de Lengua y parece que aún nadie conoce a Mariano José de Larra.
 
Beatriz González
4ºB